Del racismo al muro de los rapaces

¿Pasa un día en Québec sin que hablemos de racismo en los medios de comunicación? Yo me pregunto porque mi percepción es la de una cultura quebequense mestizada y generos, sin formación de guetos.

¿Estamos siendo influenciados por los Estados Unidos donde la escena política deja cada vez más espacio a los discursos asociados con la extrema derecha?

Muy temprano, durante mis viajes por las Américas, pude constatar el verdadero significado del racismo. Conocí la época del «white only» en todos los Estados Unidos y la época del Québec de los 60 donde Pierre Vallières describió a los quebequenses con pertinencia como «los negros blancos de América» y en donde Michèle Lalonde lanzó su exitoso «Speak White», inspirado por los insultos racistas proveniente del Canadá anglófono.

En aquella época, nos percibían como gente de segunda clase no hablando el idioma de los blancos. Por décadas, he tenido la oportunidad de conocer la verdadera segregación y el racismo. Lo que observo en la sociedad quebequense actual no tiene nada que ver con esta realidad, y me recuerda la importancia de ejercitar nuestro deber de memoria.

Por su lado, los Estados Unidos eligieron un presidente que, en apenas seis meses, destrozo el sueño americano, rechazando algunas de sus ideologías esenciales. Hoy en día, emerge una sociedad nueva, marcada por un peligroso regreso a una América establecida sobre una supremacía blanca.

«America First» nos lanza este presidente, ¿pero de qué América se trata?

Siendo artista, tenía que comprometerme y tomar posición por medio de mi obra en un momento de la historia en donde ese resurgimiento del racismo plantea peligros muy reales para el futuro de nuestra humanidad tal como la concebimos hoy.

Mi compromiso se expresa mediante la obra que estoy realizando, titulada «El muro de los rapaces». Creo que es importante sensibilizar mediante el arte. Como artista, me parece esencial hacer oír mi voz en esta época perjudicial a fin de desmentir la información y propaganda racista.

Con su retórica perniciosa, Donald Trump es portavoz de una nueva encarnación de la supremacía blanca. Negando la realidad para abrazar mejor su propia ficción, imitando así al cine estilo hollywoodense que siempre representó el latino o mexicano como un perezoso, un cabrón o un hombre armado y peligroso.

Este presidente se hace portavoz de una población que piensa igual que él. De esta manera nos revela una chocante verdad sobre esa porción de los Estados Unidos escondida desde hace mucho bajo la fachada del sueño americano.

Con su lema «America First», no se avergüenza al decirnos que no somos parte de América. No obstante, según yo sé, los mexicanos, los quebequenses (los latinos del norte) y los canadienses también viven en América y desde hace mucho más que sus vecinos fronterizos. ¿Como se atreve a pretender negociar la TLCAN considerando únicamente las prerrogativas estadounidenses?

Cabe recordar que los Estados Unidos anexaron por guerra los territorios de California, Arizona, Texas y otros territorios limítrofes a mediados del siglo XIX. Irónicamente, hoy día, cerca de 30 millones de latinos viven en aquellos territorios donde constituyen mano de obra barata, contribuyendo así mismo al impulso de la economía de esta región que algún día fue su país.

Donald Trump trata a los mexicanos de violadores, peligrosos criminales y vendedores de droga. Al respecto, debería recurrir a los verdaderos responsables de la explosión del narcotráfico, siendo sus propios ciudadanos quienes generan una parte inigualable de la demanda por esta sustancia. Portavoz del capitalismo puro y duro, es un excelente ejemplo de la temible eficacia de los mecanismos del mercado libre.

En la América de Trump, es aceptable preguntar quiénes son los verdaderos rapaces y racistas.
René Derouin, artista multidisciplinar indignado por la situación actual.

Premio de Québec Paul Emile Borduas, 1999
Caballero del Águila Azteca, México 2006
Artista por la paz del Año 2017
Compañero de Artes y Letras de Québec CALQ 2017